Información sobre Éfeso

Te brindamos información sobre Éfeso para que tengas como referencia una apertura de lo que representa este hermoso y legendario lugar.

Éfeso fue una antigua ciudad griega, perteneciente a la Liga Jónica y tomada posteriormente por los romanos. Durante parte de ese período imperial la ciudad tuvo una población de más de 250 mil habitantes, así como una vida cultural y un desarrollo socio económico considerables, lo que la convirtieron en una de las más importantes de todo el mundo Mediterráneo.

La ciudad es famosa por el Templo de Artemisa, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo y en general por toda su arquiectura, como el Gran Teatro, entre los de mayor aforo y grandeza de la antigüedad.

La fundación de Éfeso está asociada a varias leyendas e interpreteaciones de pasajes históricos y literarios pero lo que sí se sabe con certeza es que una vez creada tuvo cuatro localizaciones diferentes: de la Colina de Ayasuluk, a la ladera norte del Monte Pion, luego entre parte de este monte y el Coressus para finalmente regresar a la colina de su primer asentamiento.

Existen pasajes bíblicos que aluden a Éfeso, como el de Hechos 19-20, sobre al ministerio del Apóstol Pablo en esa ciudad. Se cree que Pablo estuvo dos años y medio en Éfeso, durante su tercer viaje misionero, hasta que se vio obligado a abandonar la ciudad a causa de uan revuelta, que algunos aseguran terminó en su encarcelamiento. A partir de sus prédicas y adoctrinamiento, así como de las invasiones de los godos que tuvieron lugar en la región, se fue imponiendo entre los efesios la fe en Cristo y la veneración a la Santísima Virgen, su madre, que vivió sus últimos años muy cerca de allí, en una Casa que hoy se puede visitar.

Éfeso fue también una de las Siete Iglesias del Apocalipsis, que recibiera una de las cartas escritas por el Apóstol Juan. Se dice que el apóstol Juan llevó a la Virgen María a Éfeso tras la muerte de Jesús y estuvo junto a ella hasta que fue capturado y asesinado, por órdenes del emperador Trajano. En su honor, los efesios le construyeron una pequeña iglesia en la colina de Ayasuluk, que en el siglo VI fuera sustituida por una basílica, cuyas colosales ruinas son apreciables en la actualidad.

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